30/4/07

Madrid o el laberinto de la muerte

Este fin de semana he estado en Madrid, visitando a la familia, como en todo puente. Ésa es la razón por la que no me gustan los puentes, aunque supongo que el año que viene ya me libraré de los horribles viajes de siete horas en coche, o en tren, peor aún, si mi padre no libra. Bueno, no tuvimos mucho problema para entrar en la ciudad el día de la llegada (llegamos el sábado a media tarde, y hemos vuelto hoy lunes a media mañana. Calculad lo gilipollas que ha sido el desplazamiento); un poco de atasco, pero demasiado poco para ser día de puente. Pillamos bien la M-30 y de ahí a la casa de mis abuelos es poco camino.


Ayer por la tarde fuimos a visitar a mi tía, a un pueblecillo a más o menos tres cuartos de hora de la ciudad. Fue al volver cuando ocurrió. Mi padre, conductor nervioso e impaciente donde los haya, siguió una indicación que llevaba, en principio, al hospital del 12 de Octubre por la M-30. Cuál fue la sorpresa y el cabreo cuando descubrimos que en realidad, tras pasar por un túnel larguísimo, estábamos al lado del Calderón. Oséase, la hostia de lejos. Intentó mi pobre padre llegar a Usera, barrio de mis abuelos, pero curiosamente había obras por el camino. Tras meternos en una siniestra urbanización en la cual, al ver a cuatro treintañeros con polos Lacoste rosas, pantalones blancos cortos y pelo churretoso y engominado, no pude evitar soltar un "Sin pijos"; casi nos comemos el coche de un chino en prácticas, casi se hunde una rueda en un agujero. Al final, tras muchas vueltas e imprecaciones, llegamos a nuestro destino.

Para volver esta mañana -y cuando digo "mañana" quiero decir "cinco de la madrugada"-, suponía que no habría demasiado problema para llegar a la M-30 y salir de la destrozada Madrid. Ingenuo de mí. Otra media hora nos hemos tirado dando vueltas; al ver una señal donde ponía "M-30", supusimos que de ahí se podría elegir el sentido de la carretera. Nada. Para Toledo/Badajoz. Otra vuelta. Otro trecho sin asfaltar, con una grúa y de todo por ahí. Policía nacional tocando la huevada, la propia y la mutua. Al final, mi hermano ha conseguido ver un cartel minúsculo donde ponía "M-30 Barcelona" (yo no, yo iba sin gafas y además estaba ocupado intentando dormir usando el método Schopenhauer); costaría aún muchas horas llegar a casa, pero lo habíamos logrado: éramos libres.

Moraleja: si pensáis ir a Madrid... ¡NO! Por lo menos no en coche. Gallardón, por el amor de Dios. Un poco de respeto. Si no haces bien las obras, por lo menos SEÑALIZA bien. La virgen.

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