Dirección: Gore Verbinski.
Guión: Ted Elliott, Terry Rossio.
Reparto: Johnny Depp, Keira Knightley, Orlando Bloom, Geoffrey Rush, Bill Nighy, Tom Hollander, Naomie Harris, Kevin R. McNally, Mackenzie Crook, Lee Arenberg, Stellan Skarsgaard, Jack Davenport, Jonathan Pryce.
El pasado jueves 24 de mayo, Piratas del Caribe volvió a las pantallas de todo el mundo para, supuestamente, dar por cerrada una trilogía. Con nada menos que 300 millones de dólares de presupuesto, en esta ocasión hay más estrellas y más efectos especiales que nunca. Después de que Jack Sparrow fuera engullido por el Kraken y de que Davy Jones y su Holandés Errante acabaran bajo el control de lord Beckett, oficial de la Marina Real, en esta tercera entrega, Will, Elizabeth y Barbossa viajan hasta el fin del mundo (literalmente: el mar se corta de golpe) para devolver al mundo de los vivos al capitán, para después enfrentarse junto a los piratas de todo el mundo contra lord Beckett y su inmensa flota.
Ya sabemos que un gran presupuesto no hace necesariamente (muchas veces al contrario) una buena película, y en este caso es así. La verdad es que no sé en qué se han gastado los 300 millones; en pagar a los actores, será, porque la verdad es que acción, aparte de en escenas puntuales, hay poca. La mayor parte de la película es aburrida, y me parece algo incomprensible, la verdad: se supone que este tipo de películas palomiteras pueden tener muchos defectos, pero compensados por lo divertido que resulta verlas. Pues con En el fin del mundo (un título nefastamente escogido, aprovecho para comentar, porque en el fin del mundo están los personajes durante media hora), hasta que llega la última hora, más o menos, uno se aburre ligeramente. Claro que esa batalla naval -desaprovechadísima... joder, todo tiene defectos en esta peli, por la falta de intervención de todos menos tres barcos- compensa buena parte de la falta de acción global.
El reparto está, en general, bastante bien. Johnny Depp ya me cansa, eso sí; está tan sobreactuado como en todas, y tiene su punto, pero ya le hemos visto suficiente. Además, uno está deseando que vuelva durante la primera parte de la película (de la que se adueña Rush), y cuando reaparece lo hace en una interminable (en serio) escena que no sé quién pollas ideó, pero quiero saber qué se metió para inventársela, y por dónde. Knightley y Bloom, bueno, los pobres no dan para mucho. Por suerte el chaval sale más bien poco, aunque ella se chupa buena parte de la película; no está tan lamentable como en la segunda (recordemos la putísima escena de la playa... Dios santo, qué vergüenza ajena), pero vamos, que se habría agradecido que saliera menos, también. No todo se puede tener. Luego está Geoffrey Rush, que tiene uno de los mejores personajes de la saga; aunque aquí tiene bastante protagonismo, quedaba mucho mejor como malo, además de que participa en algún que otro chiste patético. Bill Nighy interpreta de nuevo (yo creía que no iba salir apenas, porque es que ni tiene cartel, al contrario que Fat; ahora hablo de lo suyo, que también tiene bemoles) a Davy Jones, mi personaje favorito de la segunda parte. Aquí descubrimos más sobre él y sus desamores, y vemos su cara durante unos segundos. Lo que no entiendo es cómo ha pasado tan desapercibido su personaje; cuando alguien habla sobre las actuaciones de la saga, todo el mundo habla de Depp, pero nunca de Nighy. En fin. Stellan Skarsgaard sale poco, pero se luce mucho: su personaje, al que se le ha ido la cabeza, es de lo más duro de la saga. Tom Hollander está bien, consigue que le cojamos más asco aún a su personaje. Davenport y Pryce hacen aquí solamente cameos para morir, pero sus escenas son muy bonitas; la de Elizabeth y su padre es una de las mejores de la película. Arenberg y Crook, en su línea, tienen algunos de los momentos más graciosos de la película, como en las dos anteriores. La aparición de Keith Richards se queda en curiosa pero, eso sí, ¡toca la guitarra!. En cuanto a Chow-Yun Fat, pues no hace falta casi ni hablar de él: está en la película sólo para elevar (aún más) el caché. Su personaje sale poco, no tiene carisma, es innecesario y nos regala algunas de las peores escenas de la película (más vapor...). Eso sí, su ayudante está interpretado por Reggie Lee, el chino de Prison Break.
Guión: Ted Elliott, Terry Rossio.
Reparto: Johnny Depp, Keira Knightley, Orlando Bloom, Geoffrey Rush, Bill Nighy, Tom Hollander, Naomie Harris, Kevin R. McNally, Mackenzie Crook, Lee Arenberg, Stellan Skarsgaard, Jack Davenport, Jonathan Pryce.
El pasado jueves 24 de mayo, Piratas del Caribe volvió a las pantallas de todo el mundo para, supuestamente, dar por cerrada una trilogía. Con nada menos que 300 millones de dólares de presupuesto, en esta ocasión hay más estrellas y más efectos especiales que nunca. Después de que Jack Sparrow fuera engullido por el Kraken y de que Davy Jones y su Holandés Errante acabaran bajo el control de lord Beckett, oficial de la Marina Real, en esta tercera entrega, Will, Elizabeth y Barbossa viajan hasta el fin del mundo (literalmente: el mar se corta de golpe) para devolver al mundo de los vivos al capitán, para después enfrentarse junto a los piratas de todo el mundo contra lord Beckett y su inmensa flota.
Ya sabemos que un gran presupuesto no hace necesariamente (muchas veces al contrario) una buena película, y en este caso es así. La verdad es que no sé en qué se han gastado los 300 millones; en pagar a los actores, será, porque la verdad es que acción, aparte de en escenas puntuales, hay poca. La mayor parte de la película es aburrida, y me parece algo incomprensible, la verdad: se supone que este tipo de películas palomiteras pueden tener muchos defectos, pero compensados por lo divertido que resulta verlas. Pues con En el fin del mundo (un título nefastamente escogido, aprovecho para comentar, porque en el fin del mundo están los personajes durante media hora), hasta que llega la última hora, más o menos, uno se aburre ligeramente. Claro que esa batalla naval -desaprovechadísima... joder, todo tiene defectos en esta peli, por la falta de intervención de todos menos tres barcos- compensa buena parte de la falta de acción global.
El reparto está, en general, bastante bien. Johnny Depp ya me cansa, eso sí; está tan sobreactuado como en todas, y tiene su punto, pero ya le hemos visto suficiente. Además, uno está deseando que vuelva durante la primera parte de la película (de la que se adueña Rush), y cuando reaparece lo hace en una interminable (en serio) escena que no sé quién pollas ideó, pero quiero saber qué se metió para inventársela, y por dónde. Knightley y Bloom, bueno, los pobres no dan para mucho. Por suerte el chaval sale más bien poco, aunque ella se chupa buena parte de la película; no está tan lamentable como en la segunda (recordemos la putísima escena de la playa... Dios santo, qué vergüenza ajena), pero vamos, que se habría agradecido que saliera menos, también. No todo se puede tener. Luego está Geoffrey Rush, que tiene uno de los mejores personajes de la saga; aunque aquí tiene bastante protagonismo, quedaba mucho mejor como malo, además de que participa en algún que otro chiste patético. Bill Nighy interpreta de nuevo (yo creía que no iba salir apenas, porque es que ni tiene cartel, al contrario que Fat; ahora hablo de lo suyo, que también tiene bemoles) a Davy Jones, mi personaje favorito de la segunda parte. Aquí descubrimos más sobre él y sus desamores, y vemos su cara durante unos segundos. Lo que no entiendo es cómo ha pasado tan desapercibido su personaje; cuando alguien habla sobre las actuaciones de la saga, todo el mundo habla de Depp, pero nunca de Nighy. En fin. Stellan Skarsgaard sale poco, pero se luce mucho: su personaje, al que se le ha ido la cabeza, es de lo más duro de la saga. Tom Hollander está bien, consigue que le cojamos más asco aún a su personaje. Davenport y Pryce hacen aquí solamente cameos para morir, pero sus escenas son muy bonitas; la de Elizabeth y su padre es una de las mejores de la película. Arenberg y Crook, en su línea, tienen algunos de los momentos más graciosos de la película, como en las dos anteriores. La aparición de Keith Richards se queda en curiosa pero, eso sí, ¡toca la guitarra!. En cuanto a Chow-Yun Fat, pues no hace falta casi ni hablar de él: está en la película sólo para elevar (aún más) el caché. Su personaje sale poco, no tiene carisma, es innecesario y nos regala algunas de las peores escenas de la película (más vapor...). Eso sí, su ayudante está interpretado por Reggie Lee, el chino de Prison Break.
Aquí Nighy, antes y después del ordenador. Tremendo.
A la película no le sobran sólo minutos (al menos tres cuartos de hora, quizá más), sino también chistes. Muuuchos chistes, todos fáciles y/o visuales, alguno de ellos gracioso (el del dedo congelado, por ejemplo), pero que acaban hartando. La mitad de los personajes están únicamente para hacer gracia: además de Sparrow y en muchos momentos Rush, todos los piratas de la reunión, Pintel y Ragetti, el enano calvo, el señor Gibbs, los dos soldados que vigilan cosas, que tenían discusiones absurdas en la primera parte y que aquí vuelven a salir (para convertirse en piratas), y el mono, sobretodo el mono. Ese mono cabrón es un descojono. Lo que me pude reír cuando apunta al loro con la pistola. Insuperable. Los chistes fáciles, como iba diciendo, pero me voy por las ramas una barbaridad, son constantes, y ven su lado lamentable principalmente en dos cosas: los dobles de Jack, absurdos, totalmente innecesarios y sin gracia ninguna, y la boda de Will y Elizabeth, patética y de vergüenza ajena.
Durante la película vemos homenajes (o repeticiones por falta de ideas) a La maldición de la Perla Negra, como la palanca y los barrotes, los dos soldados cansinos o el perro con las llaves que vete tú a saber qué pinta aquí. Además, y como ya es costumbre, hay ciertas ideas copiadas del Monkey Island, aunque son menos frecuentes que en la segunda (el pantano) y, sobretodo, que en la primera. Otra cosa en plan homenaje que me ha gustado ha sido el momento a lo Leone, cuando Sparrow, Elizabeth y Barbossa se encuentran con Davy Jones, Beckett y Will. Como conclusión: id a verla si os gustó la segunda, pero sólo en un cine cómodo. Esas tres horas son insoportables en un asiento incómodo: a mí aún me duele el cuello. Además, tenemos al final cinco abominables minutos que me hacen estar seguro de que tendremos una cuarta parte: Jack Sparrow en busca de la fuente de la juventud. No dejéis de otear el horizonte, como diría el cansino de Will, porque cuando menos lo esperéis os enteraréis de que se ha confirmado una continuación de la saga.
Valoración: 5,5/10.
Valoración: 5,5/10.
5 comentarios:
Oi, achei teu blog pelo google tá bem interessante gostei desse post. Quando der dá uma passada pelo meu blog, é sobre camisetas personalizadas, mostra passo a passo como criar uma camiseta personalizada bem maneira. Até mais.
tu lo q pasa esq eres tonto hijo...
Jack sparrow no cansa
la boda es preciosa! ni patetica ni da verguenza..¬¬'
asiq ajo y agua..
y q los xavales no dan para mucho dice..en fin..
¡Toma critica! Aunque yo lo resumiría todo en “menuda mierda” ¿quién es la tal Sandra? Bueno, sea quien sea no tiene ni puta idea de cine ni de arte dramático, porque dramático es que gente con tan poco arte cobre tanto. En fin, ole tus huevos yo ni me dignaría a dedicarle una critica a semejante zurullo. Estoy con tigo Nighy
Es lo mejor.
Habló un estudiante de cine.
A la Sandra, que no se por qué me da que tiene año arriba año abajo mi edad, le digo que la boda es precisamente lo peor de la peli, y que no encontrará a nadie que entienda un poco que le diga que Orlando es buen actor, y que Keira (sin ser mala, en Orgullo y prejuicio por ejemplo demuestra que sirve) hace bien el papel. Lo de Sparrow es personal, no te digo que te hartes. Que eres lerda, sí lo digo, en cambio.
Ya, por cierto, y dirigiéndome más al Chico y a cualquier otro con juicio racional que entre aquí, que me he pasado con el 6. Me arrepiento de haber puesto una nota tan alta, hasta le podría bajar un punto sin remordimiento ninguno, pero no me gusta echarme atrás.
Buenas tardes y buena suerte.
Y es que la tal Sandra no a dicho NADA un insulto sin porqué, una afirmación desde su punto de vista y nada mas, una minicritica positiva sin basarse en nada mas que “puntos suspensivos”, una receta de cocina insulsa seguida de, nuevamente “puntos suspensivos” y una aclaración de lo que tu digites anteriormente “nuevamente the puntos suspensivos return”
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