29/3/07

La decisión de Braque

Hoy he asistido a una charla del escritor Eduard Márquez, autor de varias novelas; la más reciente, y sobre la cual ha hablado (exclusivamente), La decisión de Brandes.


Es curioso el modo en que les (a lo mejor en un futuro pueda decir "nos", quién sabe) surgen las ideas a los escritores. Márquez, que ha hablado del proceso de creación de su novela, fue inspirado por artículos de periódico, novelas y, sobretodo, una carta: la carta a Herman Goëring, segundo hombre del Tercer Reich, del administrador de su colección artística, hablándole, entre otros, de los cuadros que poseía Georges Braque, conocido y prohibido pintor, mediante los cuales se le chantajeó. La decisión de Brandes está inspirada en la decisión que tuvo que tomar Braque: ¿dar los cuadros que poseía y deseaba Goëring, perdiendo la dignidad y el honor, a cambio de recuperar los suyos propios, confiscados, única fuente posible de ingresos? El autor no sabe qué respondió Braque a este chantaje. Si alguien lo sabe, que se lo comunique; quizá se lo agradezca. Es un tío imprevisible, a saber.

Eduard Márquez

Me desvío. No quería hablar del argumento -buscad reseñas, que yo ni me he leído el libro-; quería decir lo raro que me ha parecido cómo se toma Márquez su profesión. De ocho a diez horas diarias de creación. Hasta ahí, bien. Pero el hombre se traza previamente unos esquemas complicadísimos (en este caso, una estrella de David con cada uno de los temas de la novela en sus vértices), lo repasa todo exhaustivamente, no se deja llevar en ningún momento por la inspiración o la pasión.

Eso no es arte, pensaba yo mientras hablaba el señor Márquez. Un trabajo puramente racional no es arte; el arte sale de nuestro interior, y tal como sale debe ser plasmado. Luego he visto que lo que ocurre es que a él le sale todo así directamente: como él mismo ha dicho, escribimos lo que somos, por tanto, si se es un ser racional y ordenado, se escribe de tal modo, y se disfruta así, igual que yo disfruto escribiendo lo que sale, y repasando sólo lo cacofónico, pesado o inútil. De todas formas, tendré que probar a escribir algo como él lo hace; si se ha llevado los premios que se ha llevado, mal no puede estar esta organización. Este verano leeré la novela.

Curioso, por cierto, el origen del nombre del alter ego de Braque. Creo que con poner el apellido en Gúguel saldrá ya alguna noticia relacionada.