Dirección: Len Wiseman.
Guión: Mark Bomback.
Reparto: Bruce Willis, Justin Long, Timothy Olyphant, Mary Elizabeth Winstead, Cliff Curtis, Maggie Q, Kevin Smith.
Obvio el título de la entrada, ¿eh? Esperadísima cuarta parte de la saga, en que McClane se enfrenta a una banda de hackers que pretenden destruir el sistema estadounidense. Bruce Willis se enviejuna (tiene ya cincuenta y dos años, y no esta fresquísimo precisamente), pero el gran John McClane (no sé si es McClane o McLane) no cambia. Sigue pegando tiros, dando hostias como panes (y esta vez más a saco que nunca) y, sobretodo, soltando esos chascarrillos que nos han hecho quererle.
El resto del reparto no brilla, a pesar del presupuesto. Tenemos a Justin Long, el chaval de Cuestión de pelotas, interpretando a un friki nenaza que él mismo ha descrito -muy acertadamente- como una 'actualización de la damisela en apuros'. Es usado, al igual que todos o casi todos los hackers de la película, como ridiculización de los verdaderos, ya que aquí son cobardes, poco despiertos y, lo que es peor, suplican. Hay tres variantes de hacker en esta Jungla: el que tiene gafas, el gordo barbacas y el que podría ser normal peeeeero lleva camisa de cuadros; puede haber alguno mezcla de dos de los estereotipos. En fin. El malo es aquí el nefasto Timothy Olyphant (o Mumak), que ya ha arruinado previamente al protagonista de Deadwood; su único recurso interpretativo es abrir mucho los ojos mientras mantiene un rostro impasible. Ni en las fotos sabe sonreír, oiga. Debe tener enchufe o algo, porque sino no sé qué mierdas hace en papeles tan grandes. Están también Cliff Curtis (Sunshine), el mejor de todos, y Mary Elizabeth Winstead (Death Proof), que interpreta a la hija de Willis. El papel de Maggie Q es básicamente un vehículo para una escena de lucha, así que tampoco es que haya mucho que comentar sobre ella. Curioso como mínimo es el cameo de Kevin Smith (Clerks), que interpreta al mayor friki informático de los Usas y vive con su madre.
Guión: Mark Bomback.
Reparto: Bruce Willis, Justin Long, Timothy Olyphant, Mary Elizabeth Winstead, Cliff Curtis, Maggie Q, Kevin Smith.
Obvio el título de la entrada, ¿eh? Esperadísima cuarta parte de la saga, en que McClane se enfrenta a una banda de hackers que pretenden destruir el sistema estadounidense. Bruce Willis se enviejuna (tiene ya cincuenta y dos años, y no esta fresquísimo precisamente), pero el gran John McClane (no sé si es McClane o McLane) no cambia. Sigue pegando tiros, dando hostias como panes (y esta vez más a saco que nunca) y, sobretodo, soltando esos chascarrillos que nos han hecho quererle.
El resto del reparto no brilla, a pesar del presupuesto. Tenemos a Justin Long, el chaval de Cuestión de pelotas, interpretando a un friki nenaza que él mismo ha descrito -muy acertadamente- como una 'actualización de la damisela en apuros'. Es usado, al igual que todos o casi todos los hackers de la película, como ridiculización de los verdaderos, ya que aquí son cobardes, poco despiertos y, lo que es peor, suplican. Hay tres variantes de hacker en esta Jungla: el que tiene gafas, el gordo barbacas y el que podría ser normal peeeeero lleva camisa de cuadros; puede haber alguno mezcla de dos de los estereotipos. En fin. El malo es aquí el nefasto Timothy Olyphant (o Mumak), que ya ha arruinado previamente al protagonista de Deadwood; su único recurso interpretativo es abrir mucho los ojos mientras mantiene un rostro impasible. Ni en las fotos sabe sonreír, oiga. Debe tener enchufe o algo, porque sino no sé qué mierdas hace en papeles tan grandes. Están también Cliff Curtis (Sunshine), el mejor de todos, y Mary Elizabeth Winstead (Death Proof), que interpreta a la hija de Willis. El papel de Maggie Q es básicamente un vehículo para una escena de lucha, así que tampoco es que haya mucho que comentar sobre ella. Curioso como mínimo es el cameo de Kevin Smith (Clerks), que interpreta al mayor friki informático de los Usas y vive con su madre.
Como sus predecesoras, Live Free ofrece muchísimo entretenimiento mediante muchísima acción bien conseguida. La primera, además de esto, era muy original, y el hecho de que todo transcurriera dentro de un solo edificio le daba puntos; la segunda, la peor de la saga, tardaba en arrancar y no tenía la cosa de la primera; la tercera era demasiado larga, pero Samuel L. Jackson y el "Simon dice" eran puntos a favor a tener en cuenta. Lo que más diferencia a esta cuarta parte de las anteriores pueden ser la invalidación de las leyes físicodinámicas; además de tener a una especie de malo ninja, La Jungla 4 cuenta con un McClane todopoderoso, ya que ahora es capaz de cepillarse a dos tíos pegándole un tiro a un extintor, de provocar la destrucción de un caza y, sobretodo, de reventar un helicóptero con un coche del que previamente ha saltado. Bizarro de cojones.
La trama es repetida y -por supuesto- previsible. Hay paralelismos con las otras entregas, no sé si en plan homenaje, para meter más conexiones o por falta de ideas, pero alguno que otro harta, como el del malo que finge ser un idealista y al final sólo quiere dinero. Me parece que he oído lo de "Han picado" (o sinónimos, como puede ser "Se lo han tragado") en las cuatro entregas. Lo de Yippie ki yay también, pero esa coletilla es imprescindible y puedo -¡debo!- perdonarla.
Valoración: 6/10.
Valoración: 6/10.
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