25/6/07

All hail king Shrek

Me parece que a estas alturas no hace falta presentar Shrek, por lo que voy a ir al grano (raro en mí, sí). La primera parte fue originalísima, totalmente irrespetuosa, muy divertida y visualmente espléndida; la segunda fue totalmente irrespetuosa, muy divertida y visualmente espléndida. Sin embargo, perdiendo la originalidad se perdió bastante, aunque nunca el espíritu. Esta última entrega, a pesar de seguir siendo bastante irrespetuosa, ciertamente divertida y visualmente casi mejor, ha perdido el espíritu y, aunque me he reído más que con la segunda, no es lo mismo, porque carece del humor que destilaban ésta y la anterior: ya sorprende poco, y se basa en gags puntuales y en la excepcional corte de secundarios, aunque dejando demasiado de lado a Shrek, el Asno y el Gato, que eran la base de la segunda (aunque para mi gusto la pareja de la original era mejor que este trío).


Así, tenemos a personajes en algunos casos molestos, en otros innecesarios, en otros simplemente peores que los protagonistas, comiéndose el espacio de estos tres grandísimos. Están para bien los miembros del Equipo Escuadrón Superguay Lobo Alfa, más o menos, que serían los tres cerditos, los ratones ciegos y el lobo feroz travestido, además de, por supuesto, Pinocho y el muñeco de Jengibre, que ya nos regalaran muy buenos momentos en la segunda y aquí siguen por el mismo camino. También tenemos a Merlín, curiosísimo hippie medieval, al Príncipe Encantador, que da hasta pena porque tiene bastante profundidad psicológica, y sus secuaces. Para mal, tenemos principalmente a Arturo, soso y típico, y a las princesas -Blancanieves, Rapunzel, Cenicienta y la Bella Durmiente-, que no tienen importacia argumental más que en el asalto final, ya visto, por cierto, en la segunda y, como el de ésta, quizá demasiado flipado (aunque sale Bambi), aunque también están por ahí las Hermanastras -también- Travestidas, que dan un repelús considerable. Alguno me dejaré en ambos bandos, supongo.


Como ya digo, la parodia de cuentos tradicionales fue soberbiamente explotada en la primera entrega, y también lo suyo en la segunda, por lo que ahora queda poco por innovar. Por esto la gracia se ha trasladado a los momentos ingeniosos, gags que bien podríamos encontrar en capítulos de Los Simpson, y teniendo en bastantes casos la misma gracia que los de esta gran serie. Destacaré mis momentos favoritos, sin espoilear de una forma demasiado clara: las cosas que arden sin motivo aparente, los frikazos del instituto, y el instituto en general, la canción de Merlín durante la conversación de Shrek y Arturo, el momento "El único obstáculo que hay en tu camino eres tú" durante el discuro de este último, los bebés de Shrek y Fiona (de los que se me ha olvidado hablar, que creía que serían la base de ésta y que muy probablemente lo serán de la temida cuarta parte) y, sobretodo, la aparición estelar del rey Harold, con la que casi se me saltan las lágrimas. Si te gustaron las dos partes anteriores, ve a verla, porque es entretenida y fresca como éstas y el tema de los cuentos sigue estando muy bien tratado, pero no vayas muy concienciado de que será peor que las anteriores porque hasta que te abras no la disfrutarás plenamente de las ocurrencias de unos guionistas presumiblemente drogados. Ah, por cierto: la moraleja ya la vimos en la primera.


Valoración: 6/10.