11/7/07

28 mordiscos después

Película: 28 semanas después.
Dirección: Juan Carlos Fresnandillo.
Guión: Juan Carlos Fresnandillo, Rowan Joffe, Jesús Olmo, Enrique López Lavigne.
Reparto: Imogen Poots, Mackintosh Muggleton, Rose Byrne, Jeremy Renner, Robert Carlyle, Catherine McCormack, Harold Perrineau Jr.


Antes de nada: el título de la entrada es una puta mierda, ya, pero no se me ha ocurrido nada bueno. Hace unos cuantos años, cuatro, diría, nos llegó de la mano del irregular y siempre flipado Danny Boyle (Trainspotting, La playa, Sunshine) una película de "zombis" (comillas porque, para quien no lo sepa, en esta tienen un virus, no están muertos) que no sólo se basaba en la sangre, las huídas y las apariciones-sorpresa, sino que añadía algo innovador y genial: la lucha contra los propios humanos no-zombis, soldados en este caso.

28 semanas después insiste en el homo homini lupus, pero no llega al nivel de la primera. Ni se acerca. Es una película de zombis típica, con sangre, huídas y apariciones-sorpresa, y con soldados como enemigos de los protagonistas, pero en un nivel más cercano a Resident Evil 2 que a 28 días después. No estoy diciendo que sea tan horrible como esta, no sus alarméis. Es una buena película de zombis (que no de terror, aunque últimamente el terror no asusta una mierda), que supera a la mayoría aun sin llegar al nivel de El amanecer, con su dosis de adrenalina, sus tiros, su mucho, mucho fuego y, por supuesto, su sangre -sin retórica, ¿le puedes volar media cabeza a alguien con esa pistola?


Otro defecto de la película es su corta duración. Una hora y media se me antoja demasiado poco para una cinta que no arranca del todo (dejando de lado el soberbio inicio) hasta los cuarenta o cincuenta minutos, debido al típico periodo de calma del género que, sin embargo, en la predecesora apenas si existía. En cuanto a las actuaciones, tenemos a la desaprovechadísima Catherine McCormack (la degollada de Braveheart), a Rose Byrne, que últimamente se está mostrando muy adecuada para las películas de "terror", un papelito de Harold Perrineau Jr., el negro (afroamericano) de Perdidos, y a un Robert Carlyle sin muchas posibilidades de lucirse ya que, pese a lo que digan los carteles, no es el protagonista. Lo son los críos; la chica, Imogen Poots, está estupenda. De antología, por cierto, la escena del helicóptero. Los que la hayan visto sabrán cuál es, y los que no, cuando la vean se darán cuenta.


Valoración: 6/10.